En la comunicación anterior, comenzamos refiriendo algunos de los factores de riesgo que juegan un papel fundamental en el suicidio. Mencionamos en primer lugar a las enfermedades mentales, aunque no es posible reducir a ellas solamente estos riesgos. También las enfermedades terminales o crónicas pueden llevar a las personas a suicidarse, y de eso trataremos brevemente en esta entrega.
Hablamos además, y de manera muy especial, de los medios de comunicación vinculados a las nuevas tecnologías de información y comunicación, particularmente las redes sociales. Estos son factores que casi nunca se toman en cuenta a la hora de hacer un balance en torno a las causas que llevan a alguien a quitarse la vida; sin embargo, como dijimos, hay que estar atentos porque sucede.
Consumo y abuso de drogas
Se ha observado que el alcoholismo está presente entre el 15 y el 60% de los casos de suicidio consumado. Al respecto podemos decir que entre el 5 y el 35% de los suicidios se dan por consumo de heroína, mientras que el consumo de cocaína e inhalantes aumenta el riesgo en promedio en un 20%, y sobretodo durante la fase de abstinencia. Y es que el consumo de drogas promueve la liberación de ciertos neurotransmisores, que son moléculas involucradas en los procesos de regulación cerebral, asociados a sensaciones de placer y felicidad, por lo que generalmente consumir drogas de manera crónica se convierte en una manera de evitar el dolor, tanto físico como mental, que se está viviendo. Cuando este consumo cesa de forma abrupta y sin la asistencia médica adecuada, pueden darse episodios suicidas. Pero además, como de forma bastante común el abuso de sustancias se asocia por lo general con alguna enfermedad mental, por lo mismo, también, la persona debe ser tratada por un especialista para prevenir desenlaces dolorosos.
Enfermedades
Algunas condiciones médicas tales como el cáncer, la diabetes, los dolores crónicos, el sida, el insomnio, entre otras, están asociadas a tendencias suicidas debido al estilo de vida poco autónomo y de discapacidad que se lleva. Estudios han demostrado que el diagnóstico de cáncer aumenta las tendencias suicidas, mientras que individuos con VIH y/o trastornos del sueño tienen más del doble de riesgo de morir por suicidio.
El género y la edad son también factores de riesgo a tomar en cuenta, aunque como ya dijimos antes, el suicidio no está confinado a ello completamente. Sin embargo, los estadísticos revelan que los hombres suelen tener mayores índices de suicidio consumado, mientras las mujeres suelen intentarlo más veces. Lo anterior, según sugieren estudios al respecto, se debe a que los hombres utilizan métodos más letales, logrando así quitarse la vida, mientras que las mujeres no.
Edad
Por su parte, la edad es un factor significativo a tener en cuenta debido a que los sectores más vulnerables al suicidio son adolescentes y jóvenes, de entre 15 y 29 años de edad, así como individuos de la tercera edad. Afirma esto el hecho de que el suicidio en jóvenes es la segunda causa de muerte para este sector, y esto debido a todos los estímulos a los que están expuestos (redes sociales, presión social, drogas, relativa inmadurez cognitiva, niveles socioeconómicos marginales, problemas en casa, eventos vitales estresantes y demás). En cuanto a las personas de la tercera edad, hay que tener en cuenta que éstos suelen utilizar métodos tres veces más letales que los adolescentes, logrando consumar el suicidio en menos intentos. Este sector poblacional es de especial vulnerabilidad ya que de forma natural –y como parte del proceso de envejecimiento– las enfermedades crónicas se vuelven cada vez más comunes, causando la pérdida de la autonomía en ciertas circunstancias, y por lo tanto, logrando gestionar poca afinidad por la vida bajo esas condiciones.
Teniendo en cuenta lo anterior, concluimos que los suicidios son completamente prevenibles si se escucha correctamente al individuo potencialmente suicida. Los síntomas existen y son notorios, simplemente hay que saber observarlos. Debido a que no todos somos especialistas en el tema, y los suicidios son un problema grave de salud pública, la atención especializada es indispensable.
La psicoterapia puede darle un giro al individuo con tendencias suicidas, y en pocas pero valiosas palabras: puede salvar su vida. Es responsabilidad de los familiares y amigos poner atención en sus seres queridos, ser comprensivos, pacientes y escucharlos. Muchas veces no se acude por ayuda médica especializada porque es difícil externar nuestros sentimientos a otras personas, es por eso que crear redes de apoyo y tener siempre a mano a alguien que nos escuche fuera de los estigmas existentes, es un gran paso.
Si conoces a alguien que no la está pasando tan bien, o incluso tú no estás muy contento/a con tu vida en este momento, es importante recordar que los sentimientos suicidas son temporales y nunca un periodo natural de nuestras vidas. Con ayuda de amigos, familiares atentos y queridos, y personal especializado, estos sentimientos pueden desaparecer y la vida volverá a ser esta experiencia magnífica que tenemos la oportunidad de compartir.
✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay
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