
Es sano cuando aparece, lo gestionamos, y desaparece.
Ante una situación que te enoja tienes que elegir entre reaccionar o responder. Reaccionar es instintivo; responder es pensar: ¿Qué me conviene decir o hacer?
El enojo puede ser desde muy leve o hasta convertirse en rabia.
Por ejemplo: cuándo vamos acumulando y guardando el enojo, se activa la adrenalina en dosis tan grandes que actúa como un veneno y enfermamos.
📷@pixar
✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay